Son aquellos que llamaríamos abuelos,
llevaban turbantes y lucían barba.
Amaban la ciencia y la filosofía,
amaban la vida y amaban su tierra.
Eran andaluces, como nosotros
nobles, no como nosotros.
Y ahora renunciamos a ellos
como España renuncia de nosotros;
nos da vergüenza nuestra familia
solo porque eran hombres de buena fé.
¿Tendremos fé para poder amarlos o recordarlos?,
¿quizás siquiera para poder respetarlos?
¿Tendrá España el valor
para poder perdonarnos, o siquiera nombrarnos?
¿Cómo se puede castigar
la curiosidad o el amor?
¿Cómo se puede olvidar al maestro
y borrar su nombre?
¿Cómo se puede repudiar a la madre?
¿Cómo se puede desterrar al padre
que te dio vida, España?
España eres nuestra hija,
La hija de los innombrables.
llevaban turbantes y lucían barba.
Amaban la ciencia y la filosofía,
amaban la vida y amaban su tierra.
Eran andaluces, como nosotros
nobles, no como nosotros.
Y ahora renunciamos a ellos
como España renuncia de nosotros;
nos da vergüenza nuestra familia
solo porque eran hombres de buena fé.
¿Tendremos fé para poder amarlos o recordarlos?,
¿quizás siquiera para poder respetarlos?
¿Tendrá España el valor
para poder perdonarnos, o siquiera nombrarnos?
¿Cómo se puede castigar
la curiosidad o el amor?
¿Cómo se puede olvidar al maestro
y borrar su nombre?
¿Cómo se puede repudiar a la madre?
¿Cómo se puede desterrar al padre
que te dio vida, España?
España eres nuestra hija,
La hija de los innombrables.
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